lunes, 9 de diciembre de 2013

 LA MAGNITUD DE LA MENTE 


Esta es la última plática. Hemos estado discutiendo juntos, durante las tres últimas veces que nos hemos reunido, acerca de los problemas de la vida humana, de la existencia humana, acerca de la relación, del placer y del final del dolor. También hablamos de la importancia de la duda, la importancia de cuestionar y no aceptar. Esta tarde investigaremos acerca de la   magnitud de la mente, de si existe algo más allá de la mente o si solamente hay unas cosas que el pensamiento ha creado en lo externo y en lo interno.

El pensamiento ha sido usado como un instrumento para propósitos tecnológicos, científicos y médicos; el pensamiento ha explorado el universo tan lejos como Venus y Saturno. El hombre ha llegado a la Luna y ha plantado su bandera ahí. El hombre ha viajado al espacio, penetrado al interior de la tierra, explorado los mares; así es como él ha empleado su inmensa capacidad de controlar lo externo  - el espacio, la naturaleza, el medio ambiente -. El hombre tiene una capacidad extraordinaria en el mundo de la tecnología. Pero el hombre no ha penetrado en la magnitud y la profundidad de la mente. El nunca ha cuestionado aquello que reposa más allá de la conciencia presente. No ha sido capaz de sondear la enorme energía que habita la mente. Queremos significar por mente no sólo la capacidad y el trabajo del cerebro, sino también nuestras emociones, nuestras respuestas sensorias, nuestros afectos, nuestra capacidad de reacción y de respuesta, de aprender y de olvidar, de registro y de acción con base en aquello que hemos aprendido y guardado hábil o torpemente como conocimiento.

Esta tarde, si podemos, vamos a descubrir por nosotros mismos cúal es la magnitud de la mente. Esa es una cuestión inmensa. Para inquirir profundamente en la inmensidad de la mente y su capacidad, debemos tener muy claro que para investigar ese tema debe de haber un absoluto silencio - un silencio que no es un producto del pensamiento ni llega como resultado de un premio o de un castigo. Ese silencio no tiene motivo. Hay varios tipos de silencio: silencio entre dos charlas,  silencio entre dos ruidos, silencio de dos pájaros que cantan y paran su canto, silencio del mar cuando está totalmente calmado, y silencio de un atardecer cuando el sol está a punto de ocultarse con todo ese extraordinario sentido de la noche que ya llega. El hombre ha buscado el silencio más allá de las palabras y de la religión. El hombre ha tratado de explicar el silencio o de darle un sentido racional oyendo muchos siglos de propaganda - propaganda cristiana, propaganda budista, hinduísta, islamismo etc.- Toda esa propaganda ha hecho que el hombre acepte creencias, condicionándose religiosamente, en tal forma que le queda casi imposible el ir más allá de su condicionamiento. El hombre hace lo mejor que puede dentro de su condicionamiento, y trata de escapar de su prisión  por medio de imágenes fantásticas, conceptos, teorías, investigaciones teológicas, etc.

La religión se ha vuelto ahora sólo declaraciones verbales, una muletilla, una constante repetición de que uno es un budista o un cristiano - con todas las diferentes denominaciones que existen en el mundo cristiano, con todos los miles de dioses que hay en el hinduísmo o con el dios del mundo islámico -. Nuestro cerebro está cargado con tanto peso que obviamente un hombre que desee inquirir sobre lo que es la verdad no puede pertenecer a ninguna religión organizada, ni a ninguna creencia, ni a ningún dios sectario, ni a ningún dios único. Este hombre debe estar libre de todos los rituales, de los símbolos religiosos, de las imágenes, de la autoridad de los altos sacerdotes, etc.  ¿ Puede la mente, su mente, ser tan libre? Ella no es libre porque constantemente está buscando seguridad, no sólo físicamente, sino internamente, psicológicamente, hondamente, dentro de las profundidades de la mente. El pensamiento siempre está buscando  alguna clase de esperanza, alguna clase de consuelo, de seguridad, algún estado de permanencia; y en esta búsqueda el pensamiento cae dentro de las trampas de los sacerdotes de todo el mundo, con sus organizaciones, sus ritos y todo lo demás. Entonces,  ¿ puede su mente liberarse de todo esto? De otra manera uno es un prisionero, uno no es un ser humano verdadero, uno sólo es una máquina en operación.

Nosotros los seres humanos siempre nos estamos moviendo de lo conocido a lo conocido, y desde lo conocido actuamos igual que lo hace un computador. Si uno ha sido educado como ingeniero, uno por el resto de su vida, siempre seguirá pensando a lo largo de esa línea de pensamiento: como construir puentes, ferrocarriles, edificios, aeroplanos, etc. O , si uno es cirujano, uno gasta diez años estudiando medicina, luego empieza a operar, y por el resto de su vida uno es sólo un cirujano. O uno emplea años y años leyendo numerosos libros religiosos de varias denominaciones y uno se vuelve un experto en ellos, alguien muy capaz de argüir, pero todavía moviéndose de lo conocido a lo conocido. Nuestra vida diaria es también mecánica, yendo a la oficina desde las nueve en la mañana hasta las cinco en la tarde, repitiendo el mismo patrón, regresando al hogar, sexo, disputas, ambición, vanidad, superstición, etc. Estos son nuestra vida y nuestro cerebro. Nuestra mente está condicionada por todo esto, y, estando condicionada, no vemos la crisis que está dentro del mismo condicionamiento.
Tecnológicamente el mundo está cambiando muy rápidamente; pero moralmente, psíquicamente, nosotros somos todavía lo que éramos; quizás algo modificados: un poco más sofisticados. Estamos tremendamente condicionados; creemos en dios o no creemos en dios; las religiones han jugado un extraordinario papel en nuestras vidas. En Europa ha habido guerras religiosas, la inquisición, torturas en el nombre de dios o de lo que sea. Quizás sólo en los mundos budistas o hinduístas no se favorece el matar; aunque me han dicho que en este país, Sri-Lanka, ustedes están comiendo carne y sin embargo se llaman budistas. Se supone que el Buda había dicho: no matar. Luego la religión es solamente una ficción, ella no representa la realidad, no tiene hondura, es sólo una serie de palabras y autoridades, que están totalmente desconectadas de nuestra vida  diaria. Esos son hechos, no invenciones del que habla.

Mire su vida cuando usted dice que es budista, mire bien. Usted no es budista, usted es sólo un rótulo que dice budista, usted es una persona igual que el resto del mundo, con todos sus afanes, trabajos, confusiones, miserias, dolores, penas y todo lo demás. Es decir, usted es el mundo y el mundo es usted. Psicológicamente, uno es el mundo y el mundo es uno. Cuando uno se da cuenta de ese hecho, uno se vuelve sorprendentemente responsable acerca de lo que uno piensa, de lo que hace, de cómo se comporta. Nosotros somos nuestras mentes, somos nuestras conciencias. Nuestras conciencias son sus contenidos      - miedos, dolores, placeres, creencias -. Nuestras conciencias con sus contenidos son lo que nosotros somos. Ahora bien, la meditación es el aquietamiento de los contenidos. La meditación es desocupar nuestra conciencia de todos sus contenidos.

El significado de la palabra meditación es ponderar, examinar. La mente está inquiriendo para saber qué es meditación, no como meditar, sino qué es meditación, lo cual es mucho más importante que cómo meditar. Existe la meditación tibetana, la budista, la hinduísta, la china, la zen: existen toda clase de meditaciones. Cada una tiene un sistema particular con sus prácticas propias: respiración, no respiración, sentarse en una cierta postura y todas las cosas que el pensamiento ha acumulado sobre cómo debe de ser la meditación. Estamos pues inquiriendo no solamente sobre lo que es la religión, sobre lo que es una mente religiosa, sino que también estamos inquiriendo, juntos, sobre lo que es la meditación. La meditación zen, la hindú, la budista y todas las formas de meditación que se han inventado y que tradicionalmente han sido explicadas por los gurús, están basadas en el control, la disciplina, la práctica. Para el que habla todo eso no es meditación. Uno puede meditar diariamente durante veinte minutos y en el resto del día hacer sus maldades y eso no es meditación. Uno puede pertenecer a algún grupo el cual tenga una meditación particular y allí toda clase de cosas pueden estar sucediendo en el nombre de la meditación, especialmente en estos tiempos recientes. Los gurús de la India han llevado esta tontería hasta Europa y allá la han estado practicando - dios sabrá para qué - de pronto para conseguir más dinero, más salud o tener un mayor control de la memoria, etc. etc.

A ustedes que me escuchan amablemente, examinando que es la meditación y que es la religión, me gustaría recordarles una historia que el que habla repite frecuentemente y que posiblemente  él inventó. Había dos hombres caminando a lo largo de una calle, admirando todos los árboles, las sombras de ellos en las bien construídas aceras, cuando de repente uno de ellos recogió algo y al mirarlo su cara inmediatamente se puso radiante, sorprendentemente bella, alegre y llena de una especial dignidad con el sentido de haber recibido una gran bendición. El amigo le preguntó: ¿ qué te sucede?, ¿ qué es lo que recogiste? y su compañero le contestó: "yo creo que es la verdad, o por lo menos una parte de ella y la voy a guardar" y prontamente la colocó en su bolsillo. Entonces el amigo le dijo: " Bueno, yo creo que puedo ayudarte: vamos a empezar a organizarla...". Han entendido ustedes el sentido de esta historia? El hombre que realmente está inquiriendo en el hondo sentido de la mente religiosa, no pertenece a ningún grupo ni a ninguna organización de esas que se llaman organizaciones religiosas. ¿ Pueden ustedes abandonar esas organizaciones ahora mismo? No mañana, no digan: "voy a pensar en ello" porque entonces ustedes nunca lo van a hacer. Señores, la iluminación no es una cosa del tiempo, la iluminación no viene a través de años de práctica ni a través de años de renunciación, ni a través de años de ascetismo. El tiempo no tiene lugar en una mente religiosa. Todos los seres de este mundo dicen: "denme tiempo para adquirir ese estado de iluminación, para al fin beber la leche del paraíso...

Nosotros estamos diciendo: la acción es percibir, ver y actuar inmediatamente-. Explicaré esa declaración. Alguien hace una declaración como ésa de que el apego genera corrupción - ésa es una declaración hecha por el que habla- ; uno la oye, uno está apegado, y entonces dice: naturalmente eso es cierto, pero el apego es necesario ya que uno está apegado porque es un solitario que necesita consuelo, y da todas las explicaciones que siguen. Bien, si uno es sensitivo, alerta, vigilante; en ese mismo momento en que oye eso, percibe la verdad y actúa. Eso significa renunciar a todos los apegos instantáneamente. Eso es la inteligencia y no la astuta mente que puede argüir, proponer varias opiniones y doctrinas que dirigen la acción; la astucia no es inteligencia. Inteligencia es ver, ver, por ejemplo, que el nacionalismo es un veneno en el mundo, y, viendo la verdad de ello, instantáneamente quedar libre del nacionalismo. Esa libertad en la acción es inteligencia. Esa inteligencia no es suya ni mía, es la inteligencia de la verdad operando en la acción.

Entonces la meditación es la libertad de toda medida. Nuestras mentes siempre están midiendo: más, menos, mas poderoso, menos poderoso, mas codicioso, menos codicioso, etc. También meditación quiere decir medida.  ¿ Puede la mente estar libre de la medida, es decir libre de comparar, imitar, conformarse? Sin medidas el mundo tecnológico no puede existir. Todo el Occidente está dominado por el antiguo intelecto griego. Para los griegos medir era, en  forma absoluta, el único medio de inquirir.  ¿ Pueden, ahora, sus mentes estar libres de la medida - del más, del menos, del debería ser y del no debería ser -, de manera que no exista el movimiento del pensamiento como una forma de medida? Si uno examina su mente, cuando escucha, ve o aprende; entonces uno se da cuenta que su vida está basada en la medida. La ambición es medida y el afecto se ha vuelto medida. El amor no tiene medida. Pero nosotros no sabemos que es el amor. Sabemos del placer y del deseo, pero placer y deseo no son amor. Entonces, uno oye esa declaración y empieza a cuestionarla. Uno vive del placer, del deseo, uno tiene imágenes de actividad sexual y uno no las deja irse. Así que uno dice: eso de que el placer y el deseo no son amor es cierto. ¿ Cómo puedo renunciar a ellos? esta pregunta significa que uno realmente no escucha. Uno no quiere renunciar y halla razones para no renunciar. Uno está escapando del acto de escuchar.

El que habla dice que la meditación es un movimiento que no tiene medida. ¿ Entienden la belleza de eso? El silencio de la mente no es medible. Sólo, cuando la mente está absolutamente quieta, sin ningún movimiento del pensamiento, es que lo inmensurable puede venir. Eso únicamente ocurre cuando uno ha entendido el contenido de su conciencia.

¿  Puede uno entrar dentro de sí mismo muy profundamente, y ver el contenido de su conciencia de una sola ojeada y no poco a poco? Eso requiere atención. Cuando el que habla dice atención, uno quiere saber que es eso - él tiene que explicarla -; pero, si la mente estuviera alerta, uno sabría instantáneamente que es atención. Uno no puede cultivar la atención, uno puede cultivar la concentración. Concentración es enfocar la energía del pensamiento sobre un punto particular, resistiendo todas las distracciones y desviaciones para mantener el foco en un solo punto.  ¿Perciben ustedes la diferencia entre atención y concentración?

Nuestras mentes han sido entrenadas para concentrarse. Mientras eso le de a uno alguna ventaja o lo ayude a evitar el dolor, uno se concentrará. Es decir al focalizar el pensamiento en un solo punto, uno tiene que descartar cualquier otro movimiento del pensamiento, pero los pensamientos están siempre presionándolo. Uno quiere concentrarse en algo pero los pensamientos vagan y uno tiene que apartarlos. Entonces hay una lucha constante, pues existen el controlador y el controlado. El controlador siempre está diciendo que el pensamiento debe de estar atento y que debe concentrarse; que debe de hacer esto y que no debe de hacer aquello. Hay una división entre el controlador y el controlado. Si uno realmente entiende,  no verbalmente ni intelectualmente, sino que ve la verdad  de que el controlador es lo controlado, entonces se dará cuenta que el conflicto termina totalmente. El pensamiento que se ha dividido el mismo  en un controlador  y en lo que el va a controlar, sigue siendo todavía pensamiento. Estemos claros es este punto. Uno se enoja y entonces el pensamiento dice: contrólese, no se enoje.  ¿ Es ese enojo diferente del pensamiento? Uno es el enojo, no es que uno sea diferente del enojo. Eso está claro,  ¿ no es cierto?

Entonces el controlador ha sido hecho por el pensamiento, el controlador ha cultivado la tradición de que él es superior, de que él es diferente del pensamiento que controla. Pero si uno observa bien ve que lo controlado es el controlador. El pensamiento se pone a divagar y dice: yo debo de controlar; así es cómo el pensamiento  es también el controlador. Pero realmente no existe el controlador. Es una declaración peligrosa, si uno no la entiende bien. El que habla nunca ha controlado sus emociones, ni sus pensamientos, ni nada de eso, porque él desde el puro comienzo vio que el controlador es lo controlado. El conflicto se presenta cuando hay esta división.

La meditación no es conflicto. No se trata de que uno deba controlar, ni de que uno deba medir, ni de que uno deba de hacer esto o aquello. Esa meditación viene naturalmente,  si uno pone su casa en orden, lo cual significa que no hay conflicto en uno, no existe ni sombra de él. Esto es pedirle a la mente humana un reto inmenso. Así es como la meditación es el final de toda medida. La medida existe mientras el "mí" exista, mientras mi yo exista con mis imágenes, con mis heridas, con mi vanidad, con mi ambición, con mi miedo y todo lo demás; el "mi" es armado por el pensamiento. Mientras exista el mí que es el centro que mide, que es el puro centro del conflicto; mientras él exista, la meditación sólo conduce a mayor ilusión, mayores males, así ella no tiene sentido. Por ello la terminación del "mí" es el comienzo de la sabiduría y de la meditación.

Como sabemos, siempre estamos pidiendo paz mental; pero no hay paz mental pues la paz existe sólo cuando hay una total ausencia de violencia. Hay violencia, si uno es ambicioso. Señor estos son hechos: ¡ examínelos!. Hay violencia, si uno pertenece a algún grupo religioso, nacionalista o de otra clase. Hay violencia en nuestras relaciones. Así que el poner la casa en orden es la primera responsabilidad de un hombre que sea realmente serio e interesado en investigar la meditación. También eso requiere que el hombre debe tener un cuerpo sano. El organismo afecta la mente. Si uno se ha creado un cuerpo pesado y desentrenado, su mente se vuelve más bien perezosa. Todos estos factores son comunes.

Señores, ustedes están llenos de problemas: con su familia, en su hogar, en la oficina, en la política - si van a votar por este candidato o por este otro - , etc. etc. Ustedes se han llenado de problemas. Un problema representa un asunto sin resolver. Es decir, si uno ha sido lastimado desde su infancia, como nos sucede a la mayoría, si uno ha sido lastimado interiormente; llevamos esa herida por el resto de nuestra vida, y eso se nos vuelve un tremendo problema, porque con esa herida vienen el miedo, el aislamiento, las evasiones, las retiradas y más miedo. Eso el lo que es un problema.  ¿ Qué es lo que ha sido herido ?  Lo que ha sido herido es la imagen que uno ha construído acerca de sí mismo. Mientras uno tenga una imagen, noble o innoble, uno va a ser lastimado. Es un hecho que uno ha creado una imagen acerca de otro o acerca de sí mismo, porque en esa imagen uno encuentra cierta seguridad. uno halla seguridad en una imagen creada por el pensamiento, lo cual significa que no hay seguridad ninguna en esa imagen, sino que uno ha buscado todo eso. Ahora bien, uno oye esa declaración y ve que la imagen es corrupción; oye la declaración y termina con la imagen. Ese es un acto de la suprema inteligencia. Un hombre sano, un hombre inteligente, ve el veneno, el peligro, y lo termina de inmediato.
   
Entonces ahora nos preguntamos:  ¿ Qué es la religión?  El hombre siempre ha buscado algo más allá de esta vida, más allá del tiempo, más allá de toda medida; el hombre ha buscado una así llamada eternidad, la verdad, la inmortalidad, lo que está mas allá de toda medida, lo que no tiene nombre. Han existido aquellos que dicen:  " Yo los conduciré a ustedes  a la verdad ", pero sabemos que ellos no saben. Esto ha sido así desde los tiempos remotos, cuando los sacerdotes asumieron la autoridad diciendo que ellos sí sabían y que el hombre corriente no sabía. Los antiguos egipcios tenían una jerarquía sacerdotal que ejercía la autoridad y ahora está sucediendo lo mismo. Todos queremos hallar eso que no tiene nombre, que no tiene palabras, que no tiene forma, eso que llamamos el universo y entonces alguien se aparece diciendo: " Yo los conduciré a eso". Yo sé que ese alguien no puede; hacerlo así que cuidémonos del hombre que dice: " Yo sé ".

Hemos llegado al punto en que el hombre ha dicho: Existe lo sagrado, lo serio. No hablamos del hombre supersticioso; el hombre supersticioso reverencia la imagen hecha por la mano o por la mente, él sigue ciertos rituales, acepta dogmas, sigue las autoridades jerárquicamente organizadas y todo eso. Pero, si uno ha puesto de lado esas cosas, eso significa una completa libertad interior, eso significa no tener ninguna clase de problema psicológico, es decir, uno ha soltado una enorme energía de carácter psicológico. ¿ Entienden ustedes de lo que hablo? Hemos conseguido una gran energía física que se muestra a si misma cuando uno va a la oficina todos los días. Uno tiene una enorme energía  que le permite construír grandes obras físicas - puentes, edificios, etc.-. Pero psicológicamente somos unos inválidos, porque nunca nos hemos adentrado en ese campo, nunca hemos cuestionado, nunca hemos observado; y, a menos de que nos hayamos liberado de todos los problemas, no tendremos una libertad psicológica total dentro de la estructura misma de nuestra psique. El silencio es esa energía. El silencio es ese vacío - el vacío de todo el contenido de nuestra mente -. No hay "un cómo", no hay métodos. Los métodos y los sistemas son todos invenciones del pensamiento, por eso mismo son limitados y por lo tanto no son buenos. Si uno entiende esto, si uno ve la verdad de que ningún sistema puede alguna vez liberar la mente, entonces uno ve que hay una libertad instantánea. La verdadera religión es la revelación de aquello que es lo más sagrado, de aquello que no tiene nombre, que es la verdad absoluta, el origen de todo. Entonces empezamos a preguntarnos qué es la religión. Y hallaremos que una mente que esté libre, en el profundo sentido de esa palabra, es la mente religiosa. La mente religiosa no tiene problemas.

Debemos también inquirir sobre qué es el amor. El amor no es placer, el amor no es deseo. Mírelo, vaya hacia él, véalo. Cuando uno ve la verdad del amor, hay una inmensa belleza. Cuando existe un amor, que nunca ha sido tocado por los celos, ni por la dependencia, ni por el apego, etc.; entonces resulta de ese amor, de esa compasión que es inteligencia una mente que puede ir más allá de toda medida. En otras palabras, señores, los científicos están explorando el universo, los astrofísicos están explorando el espacio usando el pensamiento, usando la medida, usando el telescopio, por la constante observación de las estrellas y todo lo demás. Ellos están tratando de descubrir, yendo hacia fuera al vasto espacio, cual es el origen de todo este universo. Pero el hombre muy rara vez ha ido hacia dentro. Allí el puede hallar un universo inmenso, sin medida, que es realmente el universo. Para eso debe haber un vasto espacio dentro de la mente. Todo esto es meditación: primero poner la casa en orden, de manera que no existan conflictos ni medidas y entonces en esa casa existirá el amor. Entonces el contenido de nuestra mente, el cual es nuestra conciencia - con el "yo", "lo mío", "lo suyo" - será vaciado totalmente. Luego, si uno ha llegado hasta ese punto, no habrá devenir; porque el devenir es todavía una medida. La mente, entonces, estará total y absolutamente quieta, no por algún período o alguna cantidad de tiempo, sino que su estado será la quietud, aunque por fuera de esa quietud uno también podrá responder al pensamiento y utilizar el pensamiento. La mente estará siempre en un estado de quietud y vacío con todo su contenido. Si uno ha llegado a ese punto, entonces lo sabrá. Entonces existirá eso que es eterno, eso que no tiene nombre.

Colombo
Noviembre 16 de 1980
         

2 comentarios:

  1. Excelentes textos para los estudiosos y para los principiantes en la lectura de la obra de este importante pedagogo.

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  2. En el día de ayer falleció el amigo Héctor Flórez, traductor incansable de la obra de Krishnamurti del inglés al español. Nos deja como herencia sendas traducciones desde Ojai 1934 hasta la última plática de K el 4 de enero de 1986. Un colaborador desinteresado y un enamorado de la vida. Buen viaje amigo Héctor.
    Jorge Iván García

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